aries

Amor

ARIES será siempre un problema en amor. Lo será por exceso de pasión, de fuego. Conocerá muchos amores, apasionados, intensos, fuertes y todos pasajeros, todos veloces. Porque hay algo que le obliga a cambiar y buscar pareja constantemente. El amor para ARIES es algo muy importante cuando lo vive, pero en definitiva algo de tipo secundario. Si no existiera el amor como fundamento de la vida, no les pesaría ni lo echarían en falta. El amor es para ellos una formas más de expansionar su tremenda vitalidad, la fuerza que les llena y a la que deben dar salida urgenemente y en todo momento.

Jamás sacrificarán nada al amor. Por el contrario, buscan y consiguen que sea el amor el que se sacrifique por ellos.

ARIES no es sentimental, lo cual no impide que sea apasionado, fuego en sus relaciones amorosas. Pero jamás se entregará plenamente al amor, jamás sufrirá excesivamente si ama y no es amado. Si es intelectual, el amor será para él una experiencia para expansionar su mentalidad; si es egoísta, un campo donde desarrollar su egoísmo; si es generoso, una nueva posibilidad de ejercer su generosidad. Nunca, amor en sí, algo que se vive por sí mismo, que llena unos años y toda la vida.

ARIES llega al amor, mira, estudia, planea rápidamente y toma lo que le apetece. Caso contrario, se retira, abandona el campo. No le interesa aquello por lo que ha de lucharse oscuramente a base de sentimiento, de renunciación, de matices. Cambia de pareja con facilidad, procurando no dañar a la persona que deja. De ahí que rara vez viva el amor en su intensidad total. Para él el amor es un campo experimental, un camino a abrir en el desierto, una meta que le enriquecerá personalmente o que le ofrece la posibilidad de dar salida a su característica entergía vital.

Si a alguien le sobra dinero es a Aries. Si a alguien le sobran los demás para situarse es a ARIES. Sube por si mismo. Si ARIES encuentra una pareja en la cual se desarrollan los principios básicos de su vida, si logra desahogar su vitalidad prodigiosa en ella, dejará de preocuparse del amor. No es, pues, fiel con esfuerzo, conteniéndose. Lo es por indiferencia hacia el amor, porque vive una vida en la que ya ejercita suficientemente el amor, sin necesidad de complicar las cosas con la búsqueda de otro amor que el que ya posee. Pero si se da cuenta de que su pareja no le sirve para ese desahogo, que le es imprescindible, el nativo de ARIES se convertirá en un infiel.

Posee un magnetismo y brillantez irrestistible, acentuado por su facilidad de palabra, por su constante acción, por cuando posee. Con taldes condiciones, realiza conquista tras conquista. Es entonces cuando cae en experiencias no ya sentimentales, sino más bien sexuales. Con el sentimiento en juego también, pero sin que llegue a calar de verdad en su ser. Pero, sin embargo, no es el conquistador nato, no se preocupa tampoco de serlo, ni le va el personaje de don Juan. Lo que ocurre es que él es asi de brillante, de positivo, de conquistador, sin siquiera pretenderlo ser.

Es curioso comprobar que la mujer nativa de ARIES despierta en la vida grandes pasiones, precisamente en los seres más opuestos, en los nativos del elemento Agua por lo general. Y tambien es curioso el que tanto ella como él, siendo nativos de ARIES puros, jamás vivirán una gran pasión, salvo en el caso en que consideremos a ésta un sentimiento que puede desvanecesrse, por fuerte que sea, en unos pocos años.

En definitiva, el nativo de ARIES, de ambos sexos, no llega jamás a ser el ser realmente predispuesto para el amor profundo, el amor arrebatado, el amor que pasa generalmente a la posteridad.