capricornio

Amor

En amor, no es fácil que los demás comprendan a un nativo de CAPRICORNIO. Si el nativo es femenino aún es peor. Su gran virtud en amor -la de estos nativos. es su fidelidad y también su profundidad. Cuando aman, lo hacen con todo su ser, apasionadamente. Tardan mucho en decidirse -de ahí que este signo dé matrimonios efectuados en la madurez-, en ceder a las pretensiones normales de todo amante, en entregar su corazón o entregarse ellos mismos. Pero cuando lo hacen es de forma definitiva. Su gran defecto es que no son expansivos ni demuestran casi nunca sus verdaderos sentimientos. Ese exceso de pudor que les hace aparecer como tímidos, les impide las normales demostraciones de cariño. Estarán al lado de su pareja, y serán incapaces de mostrar su ternura, su sensibilidad afectiva, por mucho que la otra parte lo intente. Incluso forzándoles a ello, darán la sensación de ser duros, rígidos, apegados a una moral estrecha y anticuada.

Pese a lo cual, su sensibilidad existe, su sentimentalismo y su profundidad de afectos. Su trato sentimental-amoroso está lleno de dificultades, como si en vez de tener esa profundidad de corazón que poseen, estuvieran pendientes de los detalles circunstanciales. En vez de mostrarse cariñosos, parecen dotados de un recelo molesto, presente siempre en los momentos de ternura, capaz de estropear las mejores intenciones de la delicadeza que siempr existe en las relaciones amorosas.

La vida golpea a los capricornianos desde la infancia. Una serie de circunstancias -sociales, familiares, orgánicas, psicológicas- crearán en el niño de CAPRICORNIO la sensación, que ya no le abandonará nunca, de que la vida es dificil, de que la vida golpea cuando uno se confía. Astrológicamente, este signo posee la influencia de Saturno y Marte. Los dos planetas maléficos. Si ya de niño percibe ciertas cosas que llegan a él e influyen en su vida negativamente, lo lógico, lo obligado, es que se forme en su ánimo ese recelo hacia todo, hacia la vida en general. Sobre un nativo de CAPRICORNIO pasará siempre la sensación de que la mala suerte le acompaña y le persigue.

Por lo general, CAPRICORNIO será fatalista y aceptará ese destino que le imponen las condiciones astrológicas que determinan el curso de su vida. Se replegará sobre sí mismo, se hará poco sociable, no porque lo sea realmente, sino menguándose, haciéndose pequeño a los ojos de los demás, para que puedan olvidarle a la hora del reparto de las cosas que puedan dañar. Ese es el principal fundamento de su cortedad en amor, de que quiera con una fidelidad a toda prueba, honda, apasionadamente, y que sea incapaz de expresar lo que siente, lo que ama.

Se podría decir de ellos que pueden hacer el amor vestidos de etiqueta. Siendo el amor desbordamiento, locura, estos nativos lo convertirán en formulismo muchas veces. Les aterra llegar a una intimidad apasionada, a un exceso de sensibilidad o de demostraciones. Ese sentido del ridículo tan propio de ellos, parece acompañarles en la realización del amor. No es que les falten deseos ni pasión, es que instintivamente se están protegiendo de toda la vida en el momento en que se entregan al amor. Es que el poso de esa sensación de fatalidad les obliga a comportarse así. La correción sexual es algo que no olvidarán ni en los momentos de exaltación amorosa. Pequeños detalles de entrega, tan vitales en el juego del amor, constituirán para estos nativos, en muchos casos, suciedades. En ese juego del amor serán, en contra de lo que sienten, en contra de su verdadera naturaleza apasionada, más de una vez secos, cortos en dar y tomar, rígidos.

Pero quien sea capaz de abrir esa capa formada por el temor y recelo, por el excesivo pudor, por tantas cosas negativas que caracterizan el amor de los capricornianos, se encontrará con un fondo de maravillosa intensidad, de una fidelidad digna de tenerse en cuenta, de sentimientos declicadísimos, de una poesía que dará nueva dimensión sentimental al amor. Lo dificil, casi imposible a quien no sea un verdadero psicóloco, es penetrar hasta su verdadero fondo. Pero si se llega a él, se encontrará con que existe un tesoro de ternura. Todo ello determina -hablamos en general- el que estos nativos no sean felices en amor.

Un consejo a darles es que luchen consigo mismos por abrirse a su pareja, que se fuercen en esas demostraciones de cariño con su pareja. Que demuestren en cuantas ocasiones sean propicias lo que sienten hacia ella. Que intenten imprimir al amor un cierto aire de aventura, de romanticismo, de pasión. Y sobre todo, que piensen que cuando otro ser humano se ha enamorado de ellos, esa fatalidad que les acompaña siempre puede, precisamente entonces, romperse.