TAURO es ambicioso. Y ello determina una actitud específica ante las finanzas y cuanto signifique dinero.
Ama el dinero, llegando en algunos casos a hacer de él su objetivo de vida. Dinero o «posesión». Poseer dinero, objetos materiales, muebles, casas, tierras. También en este sentido es ávido, como buen campesino, con el que le compararemos tantas veces.
Le gusta atesorar riquezas; poseerlas, tocarlas y contarlas. Se siente más seguro rodeado de ellas, a cubierto de todo con sus objetovs, de posesión o unas propiedades que, sin duda, le ha costado lograr. Pero no está dotado para la ganancia fácil, para la especulación que le convierta en una persona rica de la noche a la mañana. Su paciencia, su forma de ir progresando y el afianzar cuanto toca y puede beneficiarle, hará que la riqueza, si llega, lo haga lentamente, con trabajo, con ahorro, con paciencia y conservadurismo.
No es tacaño, pero tampoco excesivamente gastador. Gastará siempre un poco menor paulatinamente. Dotado de suerte en muchos casos, no es extraño que se dedique a grandes negocios, a la banca y trabajos en los cuales la base es el dinero. Con éxito debido, repetimos, a la suerte, pero también a su deseo de ganancias, a su ambición, a su solidez en los deseos que le mueven y a su prudencia en todo tipo de transacciones.
Sin arriesgar demasiado a una sola jugada, tendrá gran intuición para la operación frutcífera, elegir el momento, encontrar la persona que le ayude y sirva de trampolín hacia el éxito. No dará un paso que signifique riesgo manifiesto y tampoco regateará esfuerzos para estudiar a fondo las posibilidades reales de un negocio. Olfateará las condiciones precisas, la ganancia, sacrificando cuanto sea preciso para asegurársela.
La perseverancia en la línea que acabamos de definir es su mejor virtud para todo lo que implique adquirir una sólida fortuna.